9. El Escape

los muchachos se miraban entre ellos con nerviosismo mientras Amalia hablaba de lo inútil que le parecía aquél cuadro.
- Ganas de desperdiciar pintura - decía - mientras que a veces pintaba de una forma tan espectacular esos parajes y ciudades de antaño, a veces también derrochaba su talento en algo tan inútil como un buzón-
- Tal vez para tí sea inútil y sin sentido pero puede que para ella tuviera mucho significado - le respondió Darío al notar la cara de Cristian mezcla entre enojo y decepción de su abuela.
- Nunca llegaremos a entender el pensamiento de un artista - añadió Leonardo- tal vez el único que puede darle un significado aprozimado es Cristian, al fin y al cabo él también pinta, ¿cierto Cristian?, ¿Cristian?
El muchacho reaccionó volviendo en sus pensamientos.
-¿Ehh?  ahh si -
La mujer se enfrascó entonces en una discusión con leonardo de la que Cristian apenas si se daba cuenta, Cristian se había distraído un segundo antes al darse cuenta que un sujeto los miraba desde el otro lado de la galería fijamente, fuera quien fuera no le daba muy buena espina. El sujeto vestía un traje de corbata negro, camisa blanca y tenía el cabello peinado con gel, echado todo hacia atrás, había girado bruscamente hacia los cuadros cuando se dió cuenta que Cristian había percibido su presencia, se empezaba a poner nervioso y jugueteaba con sus dedos, una razón más para desconfiar de aquél sujeto, ahora miraba un grupo de niños que entraban a la galería, parecía una visita de un jardín infantil, Cristian no pudo evitar pensar para sí mismo: "Vaya, mi madre realmente trascendió de alguna manera". Giró para ver al sujeto el cual ya no estaba. Codeó a Andy.
-¿Qué?- musitó Andy el cual también se había incluido en la discusión de arte de Leonardo y Amalia.
- El de corbata - respondió Cristian buscando al sujeto con la mirada - creo que nos está vigilando, y ya no está-
- ¿Cuál? - preguntó Andy - ¿Ese? - y señaló al hombre que estaba un par de metros más cerca, pero cubierto por una de las mujeres que llevaba a los niños.
- Sí, ése!! - contestó Cristian poniendo pies en polvorosa - ¡Vámomos! Rápido -

Darío los había estado oyendo, y miró a Cristian con una expresion inquisitiva, el muchacho no tenía tiempo de respodner preguntas, una fea sensación se apoderaba de él, era miedo, auténtico miedo, Se alejó rápidamente y de forma más o menos disimulada, Andy y Darío lo siguieron al mismo paso, Darío llevando al pequeño Juan en brazos, Amalia y Leonardo seguían discutiendo y los seguían a paso lento, absortos en lo propio y sin la menor idea de lo que ocurría al rededor, el sujeto de aspecto sospechoso también tomó la misma dirección de ellos, lo cual alertó a Cristian por lo que comenzó a trotar levemente hacia la salia, el suejto entonces hizo lo mismo pero tropezó con uno de los niños que visitaban la galería, entonces sacó un radio y habló.

- Fásten, oíëhrunzh! - dijo mientras empujaba al niño fuera de su camino.
Cristian no pudo entender lo que dijo, pero la actitud del hombre bastaba para saber que alertaba a más sujetos, y que claramente iba tras ellos. De inmediato salió corriendo de la galería, los demás hicieron lo mismo, Leonardo y Amalia dándose rápidamente cuenta de la tentativa de escape se unieron aunque no entendían muy bien por qué, aunque en el fondo, Leonardo lo intuía. La anciana comenzaba a quedarse atrás, y Darío le entrego a Juan a Cristian jutno con las llaves del auto y regresó por la mujer, que venía jadeante sostenida de Leonardo, Andy entonces señaó a su izquierda, de la casa salían al menos unos tres hombres con el mismo aspecto del primero, y se preparaban apra encerrarlos.
El escape fué difícil, corrieron hasta la entrada del conjunto donde no veían ningun guardia y siguieron la carrera, estaban dejando atrás a los sujetos que les perseguían, Andy y Cristian cruzaron la calle apresuradamente, y se giraron para apurar a los demas que seguían rezagados, esta vez Darío había tenido que hacer uso de su fuerza y cargar a Amalia en brazos hasta la puerta, en ese momento el semáforo cambió y los autos bloquearon el escape de los familiares de Cristian y de Leonardo, el cual no hacía más que hacerles señas a Andy y a Cristian para que se fueran y los dejaran atrás, acción que los muchachos se negaban a hacer, hasta que vieron cómo los hombres que los eprseguían se acercaban rápidamente a la puerta de entrada y otros más salían prácticamente de la nada a hacerles la encrucijada a los dos muchachos que habían cruzado la calle.
Era entonces momento de desiciones rápidas y acertivas, aunque era evidente que Darío, Amalia y Leonardo estaban totalmente arrinconados, los dos muchahcos podían escapar aun, los segundos pasaban lentos en comparación con la tormenta de ideas que asaltaban a Cristian en ese momento, podía huír, al fin y al cabo lo estaban buscando a él, podían perfectamente dejar ir a sus amigos a su tío y a su abuela, por otra parte, no sabía qué tan inhumanos podrían ser aquellos sujetos, ¿ Secuestrarían a sus conocidos? ¿ Harían un intercambio? ¿ellos por él?, podrían chantajearlo  fácilmente, Cristian estaba a punto de quedarse, y afrontar a todos los sujetos, cuando se dio cuenta lo que Darío le estaba tratando de decir, entonces miró sus propios brazos, ahí estaba un muy confundido Juan, un  nño que apenas entendía que algo malo apsaba, con una expresión que auguraba un no muy tardío llanto, entonces corrió, y corrió más rápido de lo que nunca había corrido jamás, no lo hacía por abandonar a sus amigos, tampoco por salvar su propio pellejo, Juan era lo único en lo que pensaba entonces, era lo único que quedaba además de recuerdos, de lo que Diana fuera tiempo antes, si no podía salvar eso, no podría considerarse digno de seguir viviendo. Mientras pensaba en todo esto, sentía que los sujetos lo perseguían: - debieron ya haber cogido a sus familiares e incluso a Andy, y ya vienen por mí - pensaba él mientras seguía corriendo hasta el parqueadero donde Darío había dejado el auto, entonces la vió, o la sintió mejor dicho, poco después la empezóa  ver, Cristian corría en andenes de cuadras excesivamente largas, condominios de casas pegados unos a otros, al menos un kilómetro cada cuadra, una pared a su derecha y árboles y calle a su izquierda, y en los árboles "eso", lo podía sentir y de vez en cuando lo podía ver, era una sombra, rápida y sinuosa que brincaba de rama en rama a una velocidad impresionante, perseguía a Cristian, y lo iba a alcanzar si este no hacía algo, entonces, Cristian vió la bahía y ahí a unos doscientos metros el auto azul de Darío, corrió entonces a más velocidad todavía, sentía que podría ahber ganado cualqueir competencia de velocidad, y luego sintió qeu incluso le iba a ser dificil parar, abrazó a Juan que comenzaba a llorar en ese instante y se dejó ir de lado para chocar contra el costado del auto, sacó las llaves rápidamente y cuando las introdujo en la cerradura, lo alcanzó, y lo tomó por detrás.
- Rápido Cristian, nos siguen de cerca -
Era Andy!! un jadeante y sudoroso Andy venía detrás de él, se subieron entocnes al auto y arrancaron.
Cuando llegaron a la casa de Cristian, este se echó a llorar, no sabía qué respodnerle a juan que todo el camino había preguntado el paradero de su padre, se detuvieron cinco minutos frente al porche de la casa, en un silencio roto solo por el sollozo de Cristian, cuando se calmó entraron, Andy fue el primero en gritar, seguido de Juan, ahí estaban Darío y Amalia tomando café con Leonardo, el cual estaba preso de los nervios y un par de policías sentados, al parecer, justo antes de ser alcanzados, Amalia hizo lo más razonable que haría una señora a quien persiguen y que se ve obstaculizada por un semáforo en verde: Tomó un taxi, y de esa forma habían escapado de sus perseguidores, habían ido a casa, ansiosos de que Cristian y Andy pudieran haber escapado también, no sin antes pasar por una estación de policía e informar lo sucedido.
Aunque Cristian estaba totalmente agradecido con la vida, y con la inteligencia de Amalia estaba algo inexpresivo, se levantó, y se marchóa  su estudio, de donde sacó uno de los primeros cuadros que había hecho en el curso de pintura y se puso a retocarlo, era un paisaje, y en últimas pintó una cabañita de madera en medio de aquél valle, la terminó, se quedó mirandolo, y volvió a romper en llanto, esta vez de una forma un poco atacada, hasta que escuchó de nuevo la voz.
- Concéntrate, concéntrate -
-¿Que me concentre en qué? - gritó Cristian con rabia sin levantar la mirada, la voz respondió, esta vez detrás suyo:
-Bien, ahora, cuéntame, qué te  pasa muchacho? -
Cristian se dió la vuelta y seencontró entonces con un sujeto alto y moreno, con una cabellera que le caia en cola un poco más abajo de los hombros y que se levantaba de la orilla del lago, el cual estaba algo agitado por la inmensa caída de agua que tenía al otro extremo.

lunes, 19 de abril de 2010 en 21:21 , 0 Comments

8.La Galería Onccor

La puerta del estudio se abrió y apareció la silueta de Darío con una taza en la mano, estaba inusualmente oscuro, entonces Cristian se dio cuenta que la luz estaba apagada y que había anochecido por completo, dedujo entonces que se había vuelto a quedar dormido en el taburete de pintar, no le gustaba esa nueva manía suya, el taburete no era algo así como muy cómodo que digamos, como para que Cristian se estuviera durmiendo ahí cada nada.
Darío se sentó en el taburete de al lado, y le ofreció la tasa humeante, era café, muy cargado
- Te estaba buscando, no te había visto aquí sentado, ¿qué hacías? -
- Pensando, solamente - contestó el muchacho apesadumbrado
- ¿Por qué tan pensativo últimamente? - Inquirió Darío tratando de ser amable
- Muchas cosas, mi familia, mis amigos, todo - dijo Cristian mientras se trataba de enderezar, la espalda le dolía terriblemente.
- Cálmate, ya verás que todo pasará, por ahora vé y trata de descansar, creo que cometí un error al traerte café, deberías dormir - dijo Darío con un aire más paternal todavía, se notaba que hacía un gran esfuerzo el pobre hombre, no le estaba tocando fácil
- Sí, creo que será lo mejor - respondió Cristian mientras se levantaba y entrecerraba los ojos para que la luz no le molestara. - Gracias -  dijo finalmente con una cara que expresaba el enorme cariño que le había cogido a Darío. Subió las escaleras y entró en la habitación, se sentía muy cansado para ver por donde estaba caminando así que casi se tropieza con su ventana que estaba abierta, la cerró, y miró la calle, estaba desierta y fría, era un día nublado así que no podía ver el cielo, se alegró entonces de tener su retrato de la luna, el cual había colocado sobre su cama, si no podía ver el sol en las mañanas al menos podría ver la luna al despertar, se cambió de ropa y se metió entre las cobijas, le parecían más pesadas de lo normal, se quedó mirando el retrato de la luna, tan apacible, con cientos de estrellas titilando a su alrededor, parecía que bailaran con la suave melodía de la brisa que pasa por los árboles, y entonces, la escuchó, sabía que había oído eso alguna vez, de la misma voz, pero no recordaba dónde, parecía no haber sido hace mucho,¿ era la voz de Leonardo?no, ¿la de Andy? no, por supuesto que no, sonaba mucho más madura, pero ¿qué decía?
no lograba entenderlo, aguzó el oído, la voz repetía la misma palabra con un tono muy bajo, casi arrullador...
- Concéntrate ... concéntrate... -
Cristian giró hacia la voz, la luna no era suficiente para iluminar la escena, menos ahora que estaba siendo cubierta por nubes, Cristian pensaba
- Momento , ¿habían nubes en mi cuadro? - no tenía tiempo para detalles así, necesitaba saber de quién era la voz que oía, estiró la mano para palpar delante de el en caso de aproximarse a un árbol o algo con lo que se pudiera estrellar, y de inmediato sintió cómo sus dedos se hundieron en algo peludo.
¡¡Buuum!! Cristian se echó hacia atrás rápidamente y se cayó de su cama, estaba tendido en el suelo, estaba empapado en sudor, y el corazón le latía rápidamente, se encontraba pensando en qué espantosa pesadilla, y en que en su mano aun sentía el tacto de algo peludo y tibio, cuando se fue a levantar para acostarse en su cama nuevamente, escuchó el rozar de las sábanas, había algo encima de su cama, ¡y se estaba moviendo!, el corazón se le volvió a acelerar, aguzó el oído mientras miraba bajo su cama algo que le pudiera ser útil, encontró un viejo equipo de golf que le habían regalado de pequeño y de ahí tomó un bastón, se preparó psicológicamente y se levantó de golpe para enfrentar a...

-¿El gato? - dijo Cristian en voz alta, el minino se limitó a torcer algo la cabeza y mover la cola haciendo una S con ella, sus ojos seguían fijos en el muchacho que mantenía el bastón de golf en alto. Seguramente se había metido por la ventana y se había quedado con él hasta ese momento, aun así no le inspiraba mucha confianza a Cristian y tras abrir la ventana y manotear mucho, logró que el gato saltara desde el alféizar , aunque lo hizo de la forma más calmada posible, tan imponente como sólo un gato puede serlo, parecía más sedición de el minino marcharse por su propia cuenta que hacerlo por el alboroto que el muchacho estaba haciendo en su honor.

Cristian no pudo volver a dormir, así que tomó el libro de su tía y se dedicó a leer, leyó sobre historias, guerras, alianzas y criaturas que rondaban todo el territorio del reino de donde venía su familia, le gustó mucho una historia en especial, hablaba de una guerra en la que lucharon centauros, parecía más un cuento de hadas que una historia real, pero eso no impedía que Cristian fantaseara con centauros recorriendo una pradera, siempre le habían llamado la atención, y si existían en alguna parte le gustaría mucho verlos. Cristian entonces se levantó de la cama, bajó las escaleras sigilosamente hasta el estudio de pintura y dibujó un centauro, lo pintó con sus patas y su lomo café y su torso blanco, el cabello negro que le caía hasta los hombros y una barba ligera que le cubría el mentón, se veía imponente, mientras le daba los últimos toques a la escena, el sol salió e iluminó la estancia.
Cristian entonces se arregló y salió sólo a la casa de su abuela.
Habló con ella mucho rato, le inspiraba más confianza el hecho de que ese día no llevaba puesto el dichoso medallón, pero aun asi no podía estar seguro de que no estaban oyendo lo que hablaban, claro que hablaron de muchas cosas, variadas y diversas, hasta que entre una chanza y otra Amalia mencionó a los Montesori.
- He oído que andas pintando últimamente -
- Algo,¿ Darío te contó? - preguntó el muchacho
- Sí, el es un gran fan de tu arte, deberías llevarlo a la galería de tu madre, sé que pasarían un buen rato -
- ¿No era acaso una colección privada? - preguntó el muchacho
- Por lo que sé, Andrés, el hijo de Orlando exhibe la colección en su galería, en la que solía ser tu casa, algunos fines de semana, deberías averiguar si abren el próximo e ir - dijo Amalia - En cualquier caso me gustaría ir a mi también, no he visto esos cuadros en diecisiete años.
Las cosas estaban dichas, Cristian entonces habló con sus amigos y por más familiar que pareciera el viaje lo acompañaron, podrían ser algo incrédulos aun, incluso más que el mismo Cristian pero no podían dejar que su amigo visitara solo, o al menos solo con Darío y Amalia la casa de los Montesori, asi que cuando llegó el día fueron todos, llegaron a la casa poco después de las dos de la tarde, Darío llevó al pequeño Juan, y Amalia fue, luciendo de nuevo su medallón. Aunque Cristian no recordaba mucho de su vieja casa, le produjo algo de incomodidad verla de nuevo, aunque estaba reconstruida y más grande que las demás y tenía una parte atrás de la galería en obra, la entrada estaba marcada con una enorme M, como la del anillo que llevaba el sujeto de la visión de la bola de cristal en la casa de Shanti, la habitación no era muy grande pero si lo suficiente como para tener que dar dos pasos entre un cuadro y otro, y habían al menos 10 cuadros con la firma Onccor en el lado inferior, todos tenían algo que Cristian reconocía de sus propias pinturas, era una forma indescriptible de realismo, aunque claramente pintados, los cuadros parecían tener vida propia, habían un paisaje de colinas, una ciudad construida sobre una isla, una calle rodeada de palmeras,frente al cual Amalia dijo que le parecía una calle ejemplar para cualquier ciudad, habían pintado también un monumento repleto de estatuas que sostenían un asta bandera y otro tenía un caballo blanco muy hermoso, habían barcos, casas y toda clase de cosas en esas pinturas, finalmente llegaron al final de la Galería y los tres muchachos se quedaron atónitos, no era la primera vez que veían ese cuadro, era un cuadro vertical, de fondo azul, y un buzón en el primer plano. No era posible que fuera un duplicado o una réplica, tenía que ser el mismo cuadro que había desaparecido de la casa de Shanti

miércoles, 14 de abril de 2010 en 21:22 , 0 Comments

7. Los Montesori

La familia Montesori es una de las familias más antiguas conocidas en la historia de los mundos, refiriéndose su nombre incluso a textos élficos que datan de la tercera era, su llegada a Káturâ fue al rededor del año 4372 DT año en el que se instalaron en el reino de Fríëkríëk del cual fueron expulsados mil años después con lo que llegaron a Haëdkríëk, hoy en día es una de las familias más influyentes de Kunkmark estando instalados en koltbàn, en una mansión aledaña al castillo real, el cual frecuentan a menudo. Su lazo con el vampirismo los ha tenido bastante limitados en asuntos políticos aunque se han establecido como una de las familias más adineradas de todo el reino, actualmente parte de la familia vive en el mundo humano de Atlantâ donde también tienen reconocimiento social Amplio."

- ¿Montesori? - dijo Andy - me suena de alguna parte -
- Claro que te suena - contestó LAonardo - ¿no es acaso el apellido del que está construyendo ese centro comercial en Usaquén? ¿ Cómo se llama? ¿Orlando Montesori?-
- Si!, sabía que me sonaba de alguna parte - contestó Andy - mi papá está diseñando para el una parte de su casa que quiere ampliar, ese sujeto gana muchísimo dinero -
- ¿Sabes dónde vive? - inquirió Cristian
- Sí, vive en un condominio de casas, al norte de la ciudad, en Santa Bárbara cerca de la Avenida Caracas - contestó Andy

Cristian se dejó caer en el pasto con un suspiro de desilusión

- ¿Qué sucede? - preguntó Leonardo
- Ahí vivían mis padres - contestó Cristian apesadumbrado - creo, o al menos vivían en esa zona, pero creo que ese era el nombre del que compró la casa tras el incendio, mi abuela manejó todo ese papeleo...Mi Abuela!!! -

El camino no fue fácil, mucho menos para Leonardo y Andy que tuvieron que seguir a un muy apresurado Cristian por unos diez minutos, hasta que llegaron a la estación de bus.

- Coño! ¿qué rayos te pasa? - preguntó Leonardo mientras recuperaba el aliento.
- Mi abuela, hizo todos los negocios de la casa - contestó Cristian - si esos malditos querían un lazo con mi familia, la primera persona en riesgo es ella -
- ¿Aún tienes la carta que tu tía le envió? - Preguntó Andy
- Si, búscala en mi maleta, ahí está, ¿ por qué? -
- Déjamelo a mi - respondió Andy - creo recordar algo -

En ese instante el autobús llegó, y los muchachos se subieron y se sentaron, Andy ensimismado en el pedazo de papel que había sacado de la maleta de Cristian hasta que exclamó

-Aquí está!- Mira
"...quiero saber qué ha pasado de nuevo! ¿Cómo sigues de tu pierna?, ¿has vuelto a hablar con Orlando? quiero saberlo todo con detalles..."

- Le está preguntando por un Orlando - dijo Andy - ¿será el mismo? -
- Vamos a averiguarlo - dijo Cristian con una expresión de preocupación en su rostro

al poco rato llegaron al conjunto en el que vivía Amalia y entraron apresuradamente, la mujer les abrió la puerta con asombro, Cristian casi ni la saludó.

- Abuela, ¿tu qué sabes del negocio de la casa de mis padres?- preguntó con prisa
- No mucho, lo compró un sujeto con el que salí un tiempo - contestó ella - pero resultó ser casado y con hijos, ahora está muerto, y la casa la tienen su esposa y su hijo -
- ¿Cómo era su nombre? - Preguntó Cristian
- Orlando , Orlando Montesori - dijo ella con aire pensativo - ¿Encontraste a tu tía? ella solía hacer esas mismas preguntas -
- Si, pero qué saben ellos de tí, de mí de todos, ¿los conociste mucho? - siguió interrogando el muchacho
- ¿Quienes? - Dijo ella intrigada
- Los Montesori! - contestaron los tres muchachos al unísono.
- No, sólo con Orlando, eramos buenos amigos, de hecho él me regaló esto - dijo la anciana mientras tomaba en su mano el medallón que llevaba colgado y que mantenía su ojo abierto.
- ¿ Y sabes de qué murió? - preguntó Cristian con una aparente señal de preocupación en su rostro
- No, sólo sé que murió hace varios años ya, su fortuna la heredó su esposa, Blanca o Bianca, no recuerdo su nombre, y su hijo, Andrés Montesori -
- Gracias Abuela, sólo eso quería saber - dijo Cristian mientras les hacía un ademán a sus amigos para irse.

Se despidieron y salieron del apartamento pensativos, los muchachos dejaron a Cristian en su casa y se fueron a las propias, Cristian se quedó en el vestíbulo unos instantes, pensando, la voz de Darío interrumpió su trance.

- Te llegó una carta - Dijo Darío asomándose por la puerta - ¿ Quién es Carolina?, ¿alguna amiga de la que no me hayas hablado aún?-
- No, parientes que comienzan a aparecer, es la hermana de mi madre, ¿ Dónde está la carta ?-
- La dejé en la cocina, pero ven, necesito tu ayuda con unas cosas en el despacho, ¿podrías ayudarme? -

Cristian fue al despacho de Darío el cual estaba en el primer piso, y era donde mantenía todos sus libros y los diplomas que había conseguido, además de múltiples retratos de Diana, generalmente sólo estaba el escritorio y algunas repisas en las paredes además de un archivador en un rincón. La puerta estaba cerrada, Darío la abrió y entraron, todo parecía normal excepto que en lugar del escritorio había una mesa llena de pinturas y e el otro extremo estaba el caballete de Cristian y junto había otro caballete al menos el doble de grande que el primero, Cristian no lo entendía en un principio, y al parecer su cara lo expresaba claramente por que Darío dijo:
- Es tuyo, creo que ahora lo necesitarás más que yo, además conseguí lienzos de verdad y no los de juguete que tenías - dijo mientras sacaba del archivador un rollo de lienzos de al menos dos metros por uno de alto - Y pinturas, no te alcanzarán las que tenías -

Cristian no salía de su estupefacción, parecía un sueño, en medio de una pesadilla, ahora tenía su propio estudio de pintura, no pudo evitar que se le escurrieran las lágrimas por las mejillas mientras pensaba lo feliz que hubiera estado Diana de haber visto el estudio en el que se encontraba. No paraba de darle las gracias a Darío mientras exploraba todo, los cajones ahora estaban llenos de pinceles grandes y pequeños, chatos, gruesos, delgados, redondos, de colores, espátulas y cientos de cosas que el sólo había visto en televisión, todo debió haberle costado a Darío una fortuna!
El teléfono sonó ene se momento entonces Darío salió a atenderlo, mientras Cristian se sentaba en el taburete más grande y acomodaba un lienzo en el caballete, sacó las pinturas, el pincel y se dispuso a pintar, comenzó con un azul celeste, y poco a poco empezó a dibujar en el la silueta de una meseta que cortaba con el cielo, y en medio de la meseta una enorme caída de agua que bajaba hasta donde el lienzo llegaba, llenó las partes secas de la meseta con árboles del verde más bonito que encontró entre sus pinturas nuevas.

Pintando el cuadro se oscureció, así que se levantó admiró su obra y se fue a dormir, con una sonrisa en la cara que no podría describir con palabras, pocas veces Cristian se había sentido tan satisfecho de sí mismo, de la vida, de todo en General, iba pensando en un nuevo cuadro mientras subía las escaleras y entraba en su habitación, hasta que vio unos ojos amarillos que lo miraban fijamente desde el otro extremo de la habitación, Cristian se congeló en su sitio, tardó unos instantes en darse cuenta que no se trataba mas que del gato que había visto el otro día, que lo miraba burlonamente desde el otro lado del cristal de la ventana.

- Shú, largo! - musitó Cristian haciendo ademanes con las manos mientras se acercaba a la ventana, el gato no se movió, de hecho parecía que lo mirara con más insistencia que antes.
Cristian no era alguien fácil de impresionar, pero en casos como ese, pensaba él, no valía la pena dormirse con un par de ojos felinos mirándolo fijamente, así que como cosa rara, cerró las persianas, cosa que no le agradaba en absoluto, pues no había algo que disfrutara más que despertarse con los primeros rayos de sol que entraban por la ventana y le iluminaban la cara cada mañana, así que muy a su pesar, el día siguiente no despertó de esa manera, así que se despertó un poco más tarde, algo apresurado, pues tenía planeado ir con sus amigos a visitar a Shanti, tenía muchas preguntas que contestar, pues cada vez que Cristian pensaba en todo lo que había pasado los últimos días, su mente se volvía un atolladero de ideas que sinceramente no iban para ninguna parte.
Se bañó, se arregló, y bajo las escaleras, desde hacía rato sentía el olor a huevos fritos con tocino que la empleada llevaba cocinando desde que el resto de la familia se levantó.
Cuando entró a la cocina no notó el pequeño sobre amarillo que estaba sobre el mesón, pero sí lo notó cuando ya iba de salida, así que lo tomó apresuradamente, para leerlo en el camino.
Lo volvió a recordar poco antes de llegar a Chía, pero en lo personal, le parecía mejor, ya que con sus amigos al lado, sentía que podía soportar más noticias inesperadas como las que llevaba recibiendo desde la muerte de Diana.

Sacó el sobre, se aclaró la garganta y se dispuso a leer en voz alta:
" Querido Cristian
Me temo que nada es como antes, por algún motivo "ellos" supieron dónde estoy, la gente del pueblo dice que sujetos extraños me andan preguntando, así que temo que no dispongo de mucho tiempo, trataré de salir de aquí lo más pronto posible, a más tardar mañana en la tarde, y te enviaré una carta informándote dónde estoy, sé precavido, me temo que si me pudieron rastrear a mí, te puedan rastrear a mí, o peor aún, que te hayan usado a ti para encontrarme, en todo caso, eres tú el que debe cuidarse más, no te preocupes por mí, ya he escapado de ellos antes, podré hacerlo una vez más, recuerda que te quiero, y que cuentas siempre conmigo, así no esté cerca a ti, como ya te he dicho, se acercan tiempos difíciles, te envío un abrazo a ti ya tus amigos, Leonardo que desde el principio me mostró un aura inquisitiva, sería un gran vidente si consigue un buen maestro y Andy, valiente y capaz, Tulukno está con él, te dejo en sus manos, conserva también el libro que te dí, será tu guía desde ahora.
Te quiere
Carolina"


Los muchachos se miraron desconcertados, era muy lógico que si habían encontrado a Shanti, también habían encontrado a Cristian, Andy fue el que postuló la idea.
-Fue ese medallón, lo sé, lo vi parpadear - dijo con energía
- El de mi abuela? - pregunto Cristian
- Sí! es muy coincidencial no? una familia de vampiros habla con tu abuela le da un medallón que tiene u ojo, que curiosamente parpadeó cuando leías la carta de tu tía con la dirección y zas! la encuentran - respondió Andy con furia - Se cae de su peso, tu Abuela ha sido el chivo expiatorio de los Montesori durante todos estos años y están consiguiendo lo que buscaban -

Leonardo y Cristian se miraron con cara de pensar lo mismo que Andy.
Al poco tiempo, llegaron a la casita de Shanti, desde lejos ya se veía diferente, tenía las ventanas abiertas y las botellas que antes colgaban del techo ahora estaban en el suelo, cuando se acercaron más notaron que la puerta estaba abierta, asi que entraron apresuradamente.
La casa estaba completamente desordenada, la estatua estaba caída, y la bola de cristal rota en el piso, las sillas estaban regadas aquí y allá y parecía que hubiera habido una lucha en ese lugar, además, faltaban los cuadros de la pared.
Los muchachos temían lo peor.

Entraron en la habitación, y encontraron los cajones abiertos y su contenido revuelto, como si estuvieran buscando algo, pero la presencia de la ropa les informó a los muchachos lo que más temían.

-Parece que llegaron antes que nosotros - dijo Leonardo - y antes que ella se fuera -

En ese instante sonó un golpe afuera, y los muchachos se agruparon mirando hacia la puerta y Andy la empujó, todo aprecia en orden, cuando de nuevo el sonido los hizo dar un brinco, esta vez venía de afuera, salieron sigilosamente, y lo vieron, era un gato, un simple gato gris, Cristian sin embargo avanzó hacia él, el gato salió huyendo.

- ¿Qué sucede? - preguntó Leonardo
- Es sólo, ese gato - dijo Cristian - se parece a uno que ha estado por mi casa las últimas noches -
- Yo de ti no me fiaría - dijo Andy
- Yo tampoco - agregó Leonardo - con todas las cosas que hemos visto y oído en los últimos días, ni en un gato se puede confiar, vámonos ya, este sitio me da escalofríos, es muy obvio que no vamos a encontrar nada mas -

Los muchachos regresaron, y Cristian se encerró en su estudio de pintura, aunque no lo demostrara tenía rabia, tenía una ira con los Montesori muy fuerte, pero más fuerte aun era la rabia que sentía consigo mismo por no haber podido ayudar a su tía, o más bien por haber entregado a su tía en bandeja de plata, por el momento sólo pensaba en eso, y en que si su abuela tenía un medallón que le llevaba informes a los Montesori como una cámara, no sabía cuántos chivos expiatorios podrían estar rodeándolo. Mientras pensaba en eso miraba su cuadro de la cascada, tenía la esperanza de que la imagen lo relajara y se calmara un poco pero el efecto de la imagen no era del todo el esperado, pero después de un tiempo, cuando fué calmándose consecuencia del tiempo, sentía otra vez la extraña sensación que sentía con el cuadro de la luna, era casi como si sintiera el agua caer, y las gotas de agua que salían de la caída bañar suavemente su rostro como una brisa muy fría, y poco a poco, el sonido del agua, relajante, cayendo a borbotones por una caída de al menos 50 metros por debajo de donde estaba sentado él, y los grillos, que no se veían pero estaban presentes por toda la pradera que se extendía hasta donde a Cristian le alcanzaba la vista, De repente un sonido fuerte hizo que Cristian se sobresaltara.

viernes, 9 de abril de 2010 en 23:08 , 0 Comments

6. La Conspiración De Haëdkríëk

Los muchachos no sabían qué decir, la mujer se dirigió entonces a un aparador que había en la pared y sacó un libro grande y antiguo lleno de polvo, en la portada no decía nada, sólo tenía la silueta de un roble en altorelieve.

- ¿Qué es eso? - Preguntó Leonardo, que siempre había sentido admiración por todo lo referente a la magia, ahora que sabía que existía y estaba en la casa de alguien que la sabía usar se sentía en su elemento.
- Es el libro de los mundos - Contestó la mujer - si quieren información de lo que les hablo entonces este libro es su referente, no se preocupen está en español - dijo mientras ponía el libro abierto hacia la mitad en medio de los muchachos y señaló un título grande que decía "Káturâ (Káturia)" Leonardo comenzó a leer.

"A mediados de la sexta era, cuando los Elfos comenzaron su etapa de aislamiento los Áfari llegaron al mundo de Káturâ habitado hasta entonces sólo por humanos e híbridos, y se establecieron allí, construyendo varios de los grandes reinos que pueblan este mundo como Ëskárâ, Défnâ y los reinos soberanos de Brantkríëk, Fríëkríëk y Haëdkríëk"

- Si quieren pueden llevárselo, no me hace ninguna falta aquí y pueden resolver muchas de las preguntas que deben estar haciéndose - Dijo Shanti con una sonrisa en su rostro
-¿Cuántos mundos hay? - Pregunto Andy con una expresión de arrepentimiento difícil de explicar
- Conocidos hay cientos, tal vez miles - Contestó entonces Shanti - Y cada vez aparecen mundos nuevos-
- ¿ Por qué nunca los científicos han dado con alguno? - Preguntó entonces Leonardo algo extrañado - ¿No deberían los satélites captar ondas o algo parecido? -
- Verás - respondió Shanti - cuando digo que hay cientos de mundos con inteligencia hablo de muchos luigares donde hay inteligencia, y donde hay obviamente planetas lunas y soles, pero cuando me refiero a otro mundo no me refiero a otro planeta exactamente, un mundo diferente no es un sitio al que puedas llegar en una nave, es un sitio al que sólo puedes llegar con alguna especia de magia ya que entre un mundo y otro no hay distancia alguna que los conecte-

Los muchachos duraron haciéndole preguntas poco más de una hora, cuando Shanti se levantó de repente

- Muchachos, creo que es hora de que regresen a casa-
- ¿ Qué sucede tía? - preguntó Cristian preocupado
- Tengo un mal presentimiento - dijo Shanti - es en serio, te llamaré luego Cristian, pero váyanse no tengo un buen augurio de nada de esto -

Los muchachos se levantaron se despidieron y salieron apresurados de aquella casa, ya estaba cayendo la tarde, tomaron el auntobus de regreso a la ciudad aunque no dijeron nada en todo el camino era demasiada información qué asimilar.

El lunes siguiente se encontraron en un parque,Cristian llevó el Libro de los Mundos tal como sus amigos le habían pedido antes, tenían mucho qué investigar, y el libro parecía una enciclopedia , y aunque de por si era grueso, cuando pasaban las hojas una por una, sin importar cuantas paginas pasaran, parecía no moverse del mismo punto, mostrando una cantidad aparentemente ilimitada de información.

- Aquí está - dijo Cristian sacando una carta que había estado buscando un largo rato en su mochila.
- ¿Qué es? - Preguntó Andy Intrigado
- Es una carta de Sh.. Carolina - dijo corrigiéndose inmediatamente.
- ¿Qué dice? - Inquirió entonces Leonardo
Cristian la abrió y leyó en voz alta.

"Querido Cristian.
Espero que no hubieras tenido ningún inconveniente de regreso a tu casa, lamento que te hayas tomado tantas molestias para encontrarme, pero es por tu propia seguridad, y la mía, sé que tal vez no estabas listo para enterarte de lo que te enteraste, ni tus amigos tampoco, pero tienes suerte de tenerlos a ellos, para que te apoyen, te acompañen y te protejan, sé que los tres podrán mantenerse a salvo, por que lo que supiste aquel día sólo es la punta del enorme iceberg que quiere acabar con nuestra familia, en Haëdkríëk tu Abuelo era una personalidad importante, tenía cierto poder y la gente en general lo quería, pero la vida en la ciudad no es algo que mi me agradara de mucho, asi que tu madre me trajo a este mundo y se enamoró de tu padre, durante un tiempo fuimos felices, pero en Haëdkríëk las cosas no iban tan bien, verás, hay una familia muy antigua que por ciertas condiciones no podía acceder a ciertas posiciones políticas como les gustaría, pues son considerados una raza de oscuridad, y en el reino no son muy populares que digamos, entonces empezaron una conspiración para obtener cargos y finalmente conseguir el reino, y para eso necesitan eliminar varias familias influyentes, como la nuestra, de alguna forma nos siguieron a tu madre y a mi hasta aquí, y por eso hay que ser precavidos, sé que ellos han estado viviendo en tu vieja casa y tienen muchas de las cosas que le pertenecieron a tu madre, quieren su habilidad, y harán hasta lo imposible para conseguirla, incluso ponerte en riesgo, ten cuidado.
Hace muchos años que no tengo comunicación con mi padre, asi que temo lo peor, aun asi, no hay que ser apresurados, y mantener la esperanza, puede que yo no tenga mucho qué hacer ya, pero mientras tu existas, la sangre de los Onccor seguirá existiendo también, cuídala, es más valiosa de lo que piensas.
El libro que te regalé tiene casi todas las respuestas que necesites, sólo pregúntale, sabrá contestar la mayoría de las veces, es como el Internet de nuestro mundo, ah cómo me gustaría que vieras las aguas de Alcúspíëd o de Palmporto, y las praderas de Lunâ y de Isen, algún día tal vez, descubras la forma de regresar pues era mi hermana la que tenía ese don.
Te avisaré pronto para vernos nuevamente, salúdame a tus amigos.
Te Quiere
Carolina"


- Esa señora es rara - dijo Andy - o es una bruja loca, o tiene razón y nos estamos volviendo locos nosotros, ¿Internet de nuestro mundo?, acaso no conoce la diferencia entre un Libro y un computador? -
- No - respondió Cristian - no la conocen, por que allá no necesitan computadores, ni índices de contenido mira: "Haidkreek"-

Dichas estas palabras abrió el libro el cual se abrió curiosamente en una Página que se titulaba Haëdkríëk

"Haëdkríëk es uno de los llamados reinos prósperos de Káturâ, es un estado soberano cuya forma de gobierno es la monarquía absolutista. Su territorio, con capital en Koltbàn, ubicado al oeste de la Osgrâa Continental. Su territorio está formado geográficamente por la isla de Grosskríëk, y pequeñas islas adyacentes
Haëdkríëk es un estado unitario comprendido por cuatro países constituyentes: Kunkmark, Krolmark, Lunmark e Islignâ, y es gobernado por un sistema parlamentario con sede de gobierno en Koltbàn, la capital, pero con tres administraciones nacionales descentralizadas en Tassbân, Birtbàn y Platbàn, las capitales de Krolmark, Lunmark e Islignâ cada uno con su gobernante propio.
Su población principalmente Áfari y Humanos tras la expulsión de los piratas del año 6583 DT tiene altos niveles mágicos en su sangre, siendo una de las naciones más codiciadas por sus productos mágicos, siendo sin embargo sólo los Áfari reales los poseedores de los Dones de Irmo y no necesitan enseñanza alguna de magia.
El sistema de Gobierno y nobleza recae en las Familias más antiguas como los Füher, los Badassi, Los Onccor, Los Montesori, los Koren y los Borbón
"

- Bien, ahí lo tienes - Dijo Andy - La primera pista de tu familia, parece que tu abuelo era un duque o algo así, en ese libro mencionan a los Onccor -
- No me convence - respondió Cristian - además, necesito saber qué es lo que me tiene en peligro, "Razas de Oscuridad".

En seguida el libro cambió de página y mostró en el título: HaëdKríëk,Razas Oscuras

"Las razas oscuras son razas provenientes de otros mundos que por razones históricas no tienen referencias de creación alguna y en muchas ocasiones son considerados aberraciones malignas, En Haëdkríëk se han expulsado los híbridos de dragones, y los reptilianos, los licanos no tienen referente alguno en Káturâ por lo que se cree de su ausencia ene se mundo, Los vampiros son sin embargo la raza oscura mas difundida en el territorio Haëdense, seguida por los Úrgalen los cuales trabajan en las prisiones de alta seguridad, también se presentan bajo supervisión explícita del rey la población de demonios que no supera los 200 híbridos, los vampiros sin embargo han alcanzado mucho renombre al rededor de todo el reino, aunque por ley se les está impedido acceder a la nobleza gubernamental, tienen varias familias en los más altos niveles de la sociedad, es el ejemplo de los Montesori"

Cristian miró a sus amigos, al parecer ellos pensaban lo mismo que él por que esta vez fue Leonardo el que consultó el libro

- Montesori - dijo con la voz quebrada

la página cambió y ellos se quedaron estupefactos al ver el contenido.

miércoles, 7 de abril de 2010 en 21:24 , 0 Comments