los muchachos se miraban entre ellos con nerviosismo mientras Amalia hablaba de lo inútil que le parecía aquél cuadro.
- Ganas de desperdiciar pintura - decía - mientras que a veces pintaba de una forma tan espectacular esos parajes y ciudades de antaño, a veces también derrochaba su talento en algo tan inútil como un buzón-
- Tal vez para tí sea inútil y sin sentido pero puede que para ella tuviera mucho significado - le respondió Darío al notar la cara de Cristian mezcla entre enojo y decepción de su abuela.
- Nunca llegaremos a entender el pensamiento de un artista - añadió Leonardo- tal vez el único que puede darle un significado aprozimado es Cristian, al fin y al cabo él también pinta, ¿cierto Cristian?, ¿Cristian?
El muchacho reaccionó volviendo en sus pensamientos.
-¿Ehh? ahh si -
La mujer se enfrascó entonces en una discusión con leonardo de la que Cristian apenas si se daba cuenta, Cristian se había distraído un segundo antes al darse cuenta que un sujeto los miraba desde el otro lado de la galería fijamente, fuera quien fuera no le daba muy buena espina. El sujeto vestía un traje de corbata negro, camisa blanca y tenía el cabello peinado con gel, echado todo hacia atrás, había girado bruscamente hacia los cuadros cuando se dió cuenta que Cristian había percibido su presencia, se empezaba a poner nervioso y jugueteaba con sus dedos, una razón más para desconfiar de aquél sujeto, ahora miraba un grupo de niños que entraban a la galería, parecía una visita de un jardín infantil, Cristian no pudo evitar pensar para sí mismo: "Vaya, mi madre realmente trascendió de alguna manera". Giró para ver al sujeto el cual ya no estaba. Codeó a Andy.
-¿Qué?- musitó Andy el cual también se había incluido en la discusión de arte de Leonardo y Amalia.
- El de corbata - respondió Cristian buscando al sujeto con la mirada - creo que nos está vigilando, y ya no está-
- ¿Cuál? - preguntó Andy - ¿Ese? - y señaló al hombre que estaba un par de metros más cerca, pero cubierto por una de las mujeres que llevaba a los niños.
- Sí, ése!! - contestó Cristian poniendo pies en polvorosa - ¡Vámomos! Rápido -
Darío los había estado oyendo, y miró a Cristian con una expresion inquisitiva, el muchacho no tenía tiempo de respodner preguntas, una fea sensación se apoderaba de él, era miedo, auténtico miedo, Se alejó rápidamente y de forma más o menos disimulada, Andy y Darío lo siguieron al mismo paso, Darío llevando al pequeño Juan en brazos, Amalia y Leonardo seguían discutiendo y los seguían a paso lento, absortos en lo propio y sin la menor idea de lo que ocurría al rededor, el sujeto de aspecto sospechoso también tomó la misma dirección de ellos, lo cual alertó a Cristian por lo que comenzó a trotar levemente hacia la salia, el suejto entonces hizo lo mismo pero tropezó con uno de los niños que visitaban la galería, entonces sacó un radio y habló.
- Fásten, oíëhrunzh! - dijo mientras empujaba al niño fuera de su camino.
Cristian no pudo entender lo que dijo, pero la actitud del hombre bastaba para saber que alertaba a más sujetos, y que claramente iba tras ellos. De inmediato salió corriendo de la galería, los demás hicieron lo mismo, Leonardo y Amalia dándose rápidamente cuenta de la tentativa de escape se unieron aunque no entendían muy bien por qué, aunque en el fondo, Leonardo lo intuía. La anciana comenzaba a quedarse atrás, y Darío le entrego a Juan a Cristian jutno con las llaves del auto y regresó por la mujer, que venía jadeante sostenida de Leonardo, Andy entonces señaó a su izquierda, de la casa salían al menos unos tres hombres con el mismo aspecto del primero, y se preparaban apra encerrarlos.
El escape fué difícil, corrieron hasta la entrada del conjunto donde no veían ningun guardia y siguieron la carrera, estaban dejando atrás a los sujetos que les perseguían, Andy y Cristian cruzaron la calle apresuradamente, y se giraron para apurar a los demas que seguían rezagados, esta vez Darío había tenido que hacer uso de su fuerza y cargar a Amalia en brazos hasta la puerta, en ese momento el semáforo cambió y los autos bloquearon el escape de los familiares de Cristian y de Leonardo, el cual no hacía más que hacerles señas a Andy y a Cristian para que se fueran y los dejaran atrás, acción que los muchachos se negaban a hacer, hasta que vieron cómo los hombres que los eprseguían se acercaban rápidamente a la puerta de entrada y otros más salían prácticamente de la nada a hacerles la encrucijada a los dos muchachos que habían cruzado la calle.
Era entonces momento de desiciones rápidas y acertivas, aunque era evidente que Darío, Amalia y Leonardo estaban totalmente arrinconados, los dos muchahcos podían escapar aun, los segundos pasaban lentos en comparación con la tormenta de ideas que asaltaban a Cristian en ese momento, podía huír, al fin y al cabo lo estaban buscando a él, podían perfectamente dejar ir a sus amigos a su tío y a su abuela, por otra parte, no sabía qué tan inhumanos podrían ser aquellos sujetos, ¿ Secuestrarían a sus conocidos? ¿ Harían un intercambio? ¿ellos por él?, podrían chantajearlo fácilmente, Cristian estaba a punto de quedarse, y afrontar a todos los sujetos, cuando se dio cuenta lo que Darío le estaba tratando de decir, entonces miró sus propios brazos, ahí estaba un muy confundido Juan, un nño que apenas entendía que algo malo apsaba, con una expresión que auguraba un no muy tardío llanto, entonces corrió, y corrió más rápido de lo que nunca había corrido jamás, no lo hacía por abandonar a sus amigos, tampoco por salvar su propio pellejo, Juan era lo único en lo que pensaba entonces, era lo único que quedaba además de recuerdos, de lo que Diana fuera tiempo antes, si no podía salvar eso, no podría considerarse digno de seguir viviendo. Mientras pensaba en todo esto, sentía que los sujetos lo perseguían: - debieron ya haber cogido a sus familiares e incluso a Andy, y ya vienen por mí - pensaba él mientras seguía corriendo hasta el parqueadero donde Darío había dejado el auto, entonces la vió, o la sintió mejor dicho, poco después la empezóa ver, Cristian corría en andenes de cuadras excesivamente largas, condominios de casas pegados unos a otros, al menos un kilómetro cada cuadra, una pared a su derecha y árboles y calle a su izquierda, y en los árboles "eso", lo podía sentir y de vez en cuando lo podía ver, era una sombra, rápida y sinuosa que brincaba de rama en rama a una velocidad impresionante, perseguía a Cristian, y lo iba a alcanzar si este no hacía algo, entonces, Cristian vió la bahía y ahí a unos doscientos metros el auto azul de Darío, corrió entonces a más velocidad todavía, sentía que podría ahber ganado cualqueir competencia de velocidad, y luego sintió qeu incluso le iba a ser dificil parar, abrazó a Juan que comenzaba a llorar en ese instante y se dejó ir de lado para chocar contra el costado del auto, sacó las llaves rápidamente y cuando las introdujo en la cerradura, lo alcanzó, y lo tomó por detrás.
- Rápido Cristian, nos siguen de cerca -
Era Andy!! un jadeante y sudoroso Andy venía detrás de él, se subieron entocnes al auto y arrancaron.
Cuando llegaron a la casa de Cristian, este se echó a llorar, no sabía qué respodnerle a juan que todo el camino había preguntado el paradero de su padre, se detuvieron cinco minutos frente al porche de la casa, en un silencio roto solo por el sollozo de Cristian, cuando se calmó entraron, Andy fue el primero en gritar, seguido de Juan, ahí estaban Darío y Amalia tomando café con Leonardo, el cual estaba preso de los nervios y un par de policías sentados, al parecer, justo antes de ser alcanzados, Amalia hizo lo más razonable que haría una señora a quien persiguen y que se ve obstaculizada por un semáforo en verde: Tomó un taxi, y de esa forma habían escapado de sus perseguidores, habían ido a casa, ansiosos de que Cristian y Andy pudieran haber escapado también, no sin antes pasar por una estación de policía e informar lo sucedido.
Aunque Cristian estaba totalmente agradecido con la vida, y con la inteligencia de Amalia estaba algo inexpresivo, se levantó, y se marchóa su estudio, de donde sacó uno de los primeros cuadros que había hecho en el curso de pintura y se puso a retocarlo, era un paisaje, y en últimas pintó una cabañita de madera en medio de aquél valle, la terminó, se quedó mirandolo, y volvió a romper en llanto, esta vez de una forma un poco atacada, hasta que escuchó de nuevo la voz.
- Concéntrate, concéntrate -
-¿Que me concentre en qué? - gritó Cristian con rabia sin levantar la mirada, la voz respondió, esta vez detrás suyo:
-Bien, ahora, cuéntame, qué te pasa muchacho? -
Cristian se dió la vuelta y seencontró entonces con un sujeto alto y moreno, con una cabellera que le caia en cola un poco más abajo de los hombros y que se levantaba de la orilla del lago, el cual estaba algo agitado por la inmensa caída de agua que tenía al otro extremo.
- Ganas de desperdiciar pintura - decía - mientras que a veces pintaba de una forma tan espectacular esos parajes y ciudades de antaño, a veces también derrochaba su talento en algo tan inútil como un buzón-
- Tal vez para tí sea inútil y sin sentido pero puede que para ella tuviera mucho significado - le respondió Darío al notar la cara de Cristian mezcla entre enojo y decepción de su abuela.
- Nunca llegaremos a entender el pensamiento de un artista - añadió Leonardo- tal vez el único que puede darle un significado aprozimado es Cristian, al fin y al cabo él también pinta, ¿cierto Cristian?, ¿Cristian?
El muchacho reaccionó volviendo en sus pensamientos.
-¿Ehh? ahh si -
La mujer se enfrascó entonces en una discusión con leonardo de la que Cristian apenas si se daba cuenta, Cristian se había distraído un segundo antes al darse cuenta que un sujeto los miraba desde el otro lado de la galería fijamente, fuera quien fuera no le daba muy buena espina. El sujeto vestía un traje de corbata negro, camisa blanca y tenía el cabello peinado con gel, echado todo hacia atrás, había girado bruscamente hacia los cuadros cuando se dió cuenta que Cristian había percibido su presencia, se empezaba a poner nervioso y jugueteaba con sus dedos, una razón más para desconfiar de aquél sujeto, ahora miraba un grupo de niños que entraban a la galería, parecía una visita de un jardín infantil, Cristian no pudo evitar pensar para sí mismo: "Vaya, mi madre realmente trascendió de alguna manera". Giró para ver al sujeto el cual ya no estaba. Codeó a Andy.
-¿Qué?- musitó Andy el cual también se había incluido en la discusión de arte de Leonardo y Amalia.
- El de corbata - respondió Cristian buscando al sujeto con la mirada - creo que nos está vigilando, y ya no está-
- ¿Cuál? - preguntó Andy - ¿Ese? - y señaló al hombre que estaba un par de metros más cerca, pero cubierto por una de las mujeres que llevaba a los niños.
- Sí, ése!! - contestó Cristian poniendo pies en polvorosa - ¡Vámomos! Rápido -
Darío los había estado oyendo, y miró a Cristian con una expresion inquisitiva, el muchacho no tenía tiempo de respodner preguntas, una fea sensación se apoderaba de él, era miedo, auténtico miedo, Se alejó rápidamente y de forma más o menos disimulada, Andy y Darío lo siguieron al mismo paso, Darío llevando al pequeño Juan en brazos, Amalia y Leonardo seguían discutiendo y los seguían a paso lento, absortos en lo propio y sin la menor idea de lo que ocurría al rededor, el sujeto de aspecto sospechoso también tomó la misma dirección de ellos, lo cual alertó a Cristian por lo que comenzó a trotar levemente hacia la salia, el suejto entonces hizo lo mismo pero tropezó con uno de los niños que visitaban la galería, entonces sacó un radio y habló.
- Fásten, oíëhrunzh! - dijo mientras empujaba al niño fuera de su camino.
Cristian no pudo entender lo que dijo, pero la actitud del hombre bastaba para saber que alertaba a más sujetos, y que claramente iba tras ellos. De inmediato salió corriendo de la galería, los demás hicieron lo mismo, Leonardo y Amalia dándose rápidamente cuenta de la tentativa de escape se unieron aunque no entendían muy bien por qué, aunque en el fondo, Leonardo lo intuía. La anciana comenzaba a quedarse atrás, y Darío le entrego a Juan a Cristian jutno con las llaves del auto y regresó por la mujer, que venía jadeante sostenida de Leonardo, Andy entonces señaó a su izquierda, de la casa salían al menos unos tres hombres con el mismo aspecto del primero, y se preparaban apra encerrarlos.
El escape fué difícil, corrieron hasta la entrada del conjunto donde no veían ningun guardia y siguieron la carrera, estaban dejando atrás a los sujetos que les perseguían, Andy y Cristian cruzaron la calle apresuradamente, y se giraron para apurar a los demas que seguían rezagados, esta vez Darío había tenido que hacer uso de su fuerza y cargar a Amalia en brazos hasta la puerta, en ese momento el semáforo cambió y los autos bloquearon el escape de los familiares de Cristian y de Leonardo, el cual no hacía más que hacerles señas a Andy y a Cristian para que se fueran y los dejaran atrás, acción que los muchachos se negaban a hacer, hasta que vieron cómo los hombres que los eprseguían se acercaban rápidamente a la puerta de entrada y otros más salían prácticamente de la nada a hacerles la encrucijada a los dos muchachos que habían cruzado la calle.
Era entonces momento de desiciones rápidas y acertivas, aunque era evidente que Darío, Amalia y Leonardo estaban totalmente arrinconados, los dos muchahcos podían escapar aun, los segundos pasaban lentos en comparación con la tormenta de ideas que asaltaban a Cristian en ese momento, podía huír, al fin y al cabo lo estaban buscando a él, podían perfectamente dejar ir a sus amigos a su tío y a su abuela, por otra parte, no sabía qué tan inhumanos podrían ser aquellos sujetos, ¿ Secuestrarían a sus conocidos? ¿ Harían un intercambio? ¿ellos por él?, podrían chantajearlo fácilmente, Cristian estaba a punto de quedarse, y afrontar a todos los sujetos, cuando se dio cuenta lo que Darío le estaba tratando de decir, entonces miró sus propios brazos, ahí estaba un muy confundido Juan, un nño que apenas entendía que algo malo apsaba, con una expresión que auguraba un no muy tardío llanto, entonces corrió, y corrió más rápido de lo que nunca había corrido jamás, no lo hacía por abandonar a sus amigos, tampoco por salvar su propio pellejo, Juan era lo único en lo que pensaba entonces, era lo único que quedaba además de recuerdos, de lo que Diana fuera tiempo antes, si no podía salvar eso, no podría considerarse digno de seguir viviendo. Mientras pensaba en todo esto, sentía que los sujetos lo perseguían: - debieron ya haber cogido a sus familiares e incluso a Andy, y ya vienen por mí - pensaba él mientras seguía corriendo hasta el parqueadero donde Darío había dejado el auto, entonces la vió, o la sintió mejor dicho, poco después la empezóa ver, Cristian corría en andenes de cuadras excesivamente largas, condominios de casas pegados unos a otros, al menos un kilómetro cada cuadra, una pared a su derecha y árboles y calle a su izquierda, y en los árboles "eso", lo podía sentir y de vez en cuando lo podía ver, era una sombra, rápida y sinuosa que brincaba de rama en rama a una velocidad impresionante, perseguía a Cristian, y lo iba a alcanzar si este no hacía algo, entonces, Cristian vió la bahía y ahí a unos doscientos metros el auto azul de Darío, corrió entonces a más velocidad todavía, sentía que podría ahber ganado cualqueir competencia de velocidad, y luego sintió qeu incluso le iba a ser dificil parar, abrazó a Juan que comenzaba a llorar en ese instante y se dejó ir de lado para chocar contra el costado del auto, sacó las llaves rápidamente y cuando las introdujo en la cerradura, lo alcanzó, y lo tomó por detrás.
- Rápido Cristian, nos siguen de cerca -
Era Andy!! un jadeante y sudoroso Andy venía detrás de él, se subieron entocnes al auto y arrancaron.
Cuando llegaron a la casa de Cristian, este se echó a llorar, no sabía qué respodnerle a juan que todo el camino había preguntado el paradero de su padre, se detuvieron cinco minutos frente al porche de la casa, en un silencio roto solo por el sollozo de Cristian, cuando se calmó entraron, Andy fue el primero en gritar, seguido de Juan, ahí estaban Darío y Amalia tomando café con Leonardo, el cual estaba preso de los nervios y un par de policías sentados, al parecer, justo antes de ser alcanzados, Amalia hizo lo más razonable que haría una señora a quien persiguen y que se ve obstaculizada por un semáforo en verde: Tomó un taxi, y de esa forma habían escapado de sus perseguidores, habían ido a casa, ansiosos de que Cristian y Andy pudieran haber escapado también, no sin antes pasar por una estación de policía e informar lo sucedido.
Aunque Cristian estaba totalmente agradecido con la vida, y con la inteligencia de Amalia estaba algo inexpresivo, se levantó, y se marchóa su estudio, de donde sacó uno de los primeros cuadros que había hecho en el curso de pintura y se puso a retocarlo, era un paisaje, y en últimas pintó una cabañita de madera en medio de aquél valle, la terminó, se quedó mirandolo, y volvió a romper en llanto, esta vez de una forma un poco atacada, hasta que escuchó de nuevo la voz.
- Concéntrate, concéntrate -
-¿Que me concentre en qué? - gritó Cristian con rabia sin levantar la mirada, la voz respondió, esta vez detrás suyo:
-Bien, ahora, cuéntame, qué te pasa muchacho? -
Cristian se dió la vuelta y seencontró entonces con un sujeto alto y moreno, con una cabellera que le caia en cola un poco más abajo de los hombros y que se levantaba de la orilla del lago, el cual estaba algo agitado por la inmensa caída de agua que tenía al otro extremo.