10. El Ermitaño del Íëzen

Cristian se mantenía en silencio, miraba perplejo la escena que no alcanzaba a entender en absoluto.

-¿Quién es usted? - logró musitar finalmente
- Me llamo Fhrantz - contestó el sujeto mirándolo de forma inquisidora, no aparentaba tener más de 30 años aunque sus ojos reflejaban una mirada que parecía de alguien mucho mayor.
- ¿Dónde estoy?, ¿Cómo llegué aquí? - comenzó a prguntar Cristan saliendo de su trance mientras se limpiaba las lágrimas de los ojos.
- Bienvenido al valle del Íëzen - dijo Fhrantz - Disculpa mi "espaniol", no lo domino muy bien, de ¿dónde vienes? me refiero, sé en qué mundo hablan español, pero los humanos de allí no suelen tener la capacidad de cruzar el abismo que separan los mundos-
-¿Estoy acaso en Katúrâ?,¿Cómo sabe de dónde vengo? - preguntaba Cristian, notaba continuamente que estaba obteniendo más preguntas que respuestas
- Ven, cálmate, pasa  a mi cabaña, tal vez despejes más tu mente con un poco de té - dijo Fhrantz mientras se daba la vuelta y se dirigía a la cabaña que parecía ser la única construcción de todo el lugar.
Cristian no salía de su asombro, trataba de no aprpadear para no perderse ni un detalle, aunque todo le era conocido, pues se estaba dando cuenta que hacía pocos instantes había pintado la cabaña de Fhrantz en su estudio y ahora al parecer iba a entrar en ella, nada más ilógico!
Fhratz hizo seguir al muchacho, era una cabaña sencilla, había una pequeña mesa, una cocina en un rincón y una cama en el otro, una chimenea adornaba la unica pared que no tenía ventanas ni puertas y junto a la cual había un perro aparentemente dormido.
"Tengo que despertar" se decía Cristian a sí mismo "no puede ser real"
-¿Cómo llegué aquí? - preguntó nuevamente al desconocido
- No lo sé, no soy adivino, pero lo que sí sé es que no es la primera vez que lo haces- contesto Fhrantz mientras ponía una tetera en el fuego.
- Hacer qué - pregunto Cristian extrañado
- Venir aquí , te he visto de vez en cuando, aparecer y desaparecer, en la noche junto a esa parte del río - respondió mientras le mostraba a Cristian a través de la ventana un río que pasaba justo detrás de la cabaña  - Al parecer estás descubriendo algo que no sabías que podías hacer -
Cristian ene se momento recordó que antes tampoco sabía dibujar y ahora al parecer tambien podía viajar entre mundos a parte.
 La cara de Cristian palideció y al parecer Fhrantz lo notó por que enseguida le dijo
- Si quieres puedes dormir en el catre que esta allí, necesitas descansar, no acostumbro a tener visitas pero pues, parece que viniste a este valle por alguna razón -
Cristian agradeció las atenciones, y se acostó, mirando la lámpara de aceite que iluminaba la estancia, no había visto una de verdad nunca, al menos no tan cerca de él, sino en películas, y mientras pensaba que tal vez su vida misma era irreal se durmió.
Al día siguiente Cristian despertó algo más tranquilo, se levantó y miró a su al rededor, sobre la pequeña mesa había algo que no estaba seguro de qué era pero olía delicioso, no habían rastros del ermitaño, y la puerta estaba abierta, asi que Cristian se dispusoa comer mientras miraba el río por la ventana, cuando terminó, salió al exterior y una cálida brisa le dió los buenos días.
Cristian no podía creer lo que sus ojos veían, frente a él se extendía un valle inmenso todo cubierto de un verde brillante, con uno que otro árbol aquí y allá, y en el medio un lago inmenso en el que embocaba el río que pasaba detrás de la cabaña y desembocaba al otro lado un rio inmenso y caudaloso que bajaba en una cascada imponente, pero lo más imponente de aquella cascada, era que en medio de la caía, habían una enormes estatuas de al menos veinte metros de alto, vestidas como caballeros, y con las manos extendidas a los lados.
Fhantz entonces sorprendió a Cristian por la espalda
-¿Es una hermosa vista no crees? -
- Sí, lo es-
- ¿Qué tal noche pasaste?, ¿Desayunaste?
- Si señor, muchas gracias, no tenía que tomarse esas molestias-
-Es lo menos que puedo hacer por un muchacho con habilidades que aparece en mi valle-
- Perdón, no sé cómo llegué aquí - dijo Cristian acongojado
- No te preocupes por eso, más bien cuéntame de tu familia, no todos los Áfari tenemos habilidades como tú ,¿sabes?, y no creo que a los sujetos que dirigen el reino les agrade la idea de un muchacho mágico que viene y va de aquí para alla , debes tener cuidado -
- ¿Por qué trata de protegerme? - preguntó Cristian intimidado - hasta ahora las personas que saben de donde vengo si no me miran como un bicho raro me intentan matar -
- Justamente por eso - contestó Fhrantz - Te contaré algo, yo solía trabajar en el castillo de Koltbàn, aquí en Haëdkríëk, era el vidente de la reina Isil, pero desde su muerte las cosas han cambiado, no tuve más remedio que alejarme de todo, construir esta ermita y habitar aquí, ver lo que sucede a través de las aguas del lago, hasta que el lago te mostró a tí, y un par de semanas después, "Orêk",Apareciste por arte de magia en mi puerta, entonces, algo tendrás que ver conmigo, cuéntame, tu familia ¿ de qué Reino viene?, son del otro lado del mar, o de las islas del este -
- Pues  por lo que sé, eran de aquí - contestó Cristian
El ermitaño se rió
- Debes estar equivocado, los pocos Áfari de este reino con habilidades están en la casa real, y los conozco bien, no eres ninguno de ellos, ¿ Cómo se llama tu padre ?-
-Jonaz - contestó el muchacho algo intimidado
- No, no conozco a nadie con ese nombre, en serio chico, ¿ de dónde vienes? -
- Pues, mi tía Shanti me dijo que mi madre venía de este lugar -
Fhrantz palideció, y se dejó caer bruscamente en el pasto, con una expresión de sorpresa y de miedo.
- ¿Qué pasa? - preguntó Cristian mientras se lanzaba a ayudar al hombre a levanatrse
- ¿C-co -Cómo se llama tu madre? - tartamudeó
- Shaylan, Shaylan Onccor, ¿la conocías? -
Fhrantz se dejó caer de nuevo y rompió en llanto
- Mi niña, mi dulce niña... - balbuceaba entre lágrimas, entonces levantó los ojos y miró a Cristian
 -¿Cómo está ella?, ¿está bien?-
- Mi madre murió cuando yo tenía unos dos años - contestó Cristian acongojado - La casa en la que vivíamos se quemó -
Fhrantz miro hacia el suelo y arracó un puñado de pasto mientras refunfuñaba
-Esos malditos!-
- Tú, ¿ Conocías a mi madre? ¿ sabes quién lo hizo?-
- Quiénes más si no los Montesori, debí haber sospechado que ellos estaban también detrás de todo esto. Mi pobre niña. Pero alcanzóa  escapar! - luego la expresiond e su rostro cambió y una sombra de preocupación oscureció sus ojos - Debes tener cuidado, ¿cómo llegaste aquí?, ¿Dónde se ocultaba tu madre?, Shanti, ¿ Le hicieron algo a ella también? -
Cristian no sabía qué responder, se suponía que el de las dudas era él! no el sujeto que al parecer le iba a explicar todo, lo levantó, entraron en la cabaña y ahí Cristian se dispuso a contarle todo lo que había vivido en los últimos meses.
-Tú, cómo conociste a mi madre? - preguntó el muchacho inquieto
-Ella era como mi hija en el castillo, ella con sus pinturas y Shanti, siempre en mi taller, aprendiendo, eran la luz de mis ojos -
- ¿Ellas vivían en el castillo de Koltbàn? - preguntó Cristian entusiasmado
-Claro que si! - contesto Fhrantz - Ellas eran las princesas de Haëdkríëk, de hecho Shaylan sería reina en este momento si no hubiera huido, y no la hubieran asesinado! -
Cristian estaba anonadado, finalmente preguntó
- ¿Huyó cuandoiba a ser Reina? -
-No, ellas desaparecieron antes, poco antes de la muerte del Rey Louíëz, a los 3 años murió la Reina Isil, y al trono subió su primo Jhoël Onccor, pero desde entonces el Reino está decayendo -
- ¿ Por qué? -  preguntó Cristian  intrigado
- Porque su consejero de cabecera es nadie más que Oklant Montesori - dijo con rabia - te apuetso a que lo está envenenando y hará lo mismo con su hijo Hrobrekt, esa alimaña no descansará hasta haber matado a todos los Onccor! y ahora tienen a mi Shanti -
De nuevo rompió en llanto, lloró durante unos minutos y se detuvo de repente, levanto la mirada y miró a Cristian con una expresion que no hizo más que intimidar al muchacho.
-Tú! - dijo exaltado
-¿Yo qué? - preguntó Cristian echándose un poco hacia atrás con temos
- Tú eres el legítimo heredero del trono de Haëdkríëk!! -
Aunque por lógica hubiera podido deducir eso desde el principio, no lo había pensado hasta ese momento, y todo tenía sentido, por eso lo perseguían a él también. La congestión de ideas en la mente de Cristian no se hizo esperar, aunque el ermitaño gritaba yreía y bailaba con el perro, Cristian apenas lo notaba, su mente estaba funcionando a toda su capacidad y apenas si eprcibía lo que pasaba a su alrededor, en ese momento, por más humilde que fuera la cabaña, le parecía ostentosa, por la forma en que el Ermitaño ahora lo miraba, y Cristian sólo quería estar en su cuarto, con Darío y el pequeño Juan.

domingo, 30 de mayo de 2010 en 22:22 , 0 Comments